Idea preliminar
La palabra filosofía no es completamente extraña en nuestro vocabulario cotidiano. Sin necesidad de ser filósofos o especialistas en la materia, muchas veces las usamos en nuestras pláticas de la vida diaria. Por ejemplo, cuando decimos o escuchamos frases como éstas: “toma las cosas con filosofía”, “mi filosofía es no dejar me de nadie”, “la filosofía de la empresa es obliga a contratar gente responsable”. . . etc.
La palabra filosofía no es completamente extraña en nuestro vocabulario cotidiano. Sin necesidad de ser filósofos o especialistas en la materia, muchas veces las usamos en nuestras pláticas de la vida diaria. Por ejemplo, cuando decimos o escuchamos frases como éstas: “toma las cosas con filosofía”, “mi filosofía es no dejar me de nadie”, “la filosofía de la empresa es obliga a contratar gente responsable”. . . etc.
Marco social de la filosofía
Para entender que es la filosofía es muy importante es tener en cuenta que esta es una creación abstracta, sin referencia a la vida humana a las preocupaciones del hombre como ser social e histórico. En efecto, caracteriza a la filosofía es su carácter histórico – social.
Para entender que es la filosofía es muy importante es tener en cuenta que esta es una creación abstracta, sin referencia a la vida humana a las preocupaciones del hombre como ser social e histórico. En efecto, caracteriza a la filosofía es su carácter histórico – social.
Ello significa que los problemas de la que trata la filosofía están ligados, de alguna forma; a las inquietudes y problemáticas que viven los seres humanos en la sociedad.
El hecho de que la filosofía guarde estrecha relación con el marco social, no significa que se reduzca a plantear problemas meramente circunstanciales, ya que la filosofía partiendo de los marcos sociales donde se gesta trata de abordar cuestiones más bien generales, no abarcables por las ciencias particulares, tales como: ¿qué es la sociedad y qué valor tiene?, ¿qué es el bien?, ¿qué es el hombre?, ¿qué es la verdad?, etc. . .
La valoración y la crítica filosófica
La
filosofía nos conduce a formular valoraciones y críticas profundas sobre todas
las cosas. Por ejemplo, corresponde a la filosofía el hacer una valoración o
evaluación de la vida, de las costumbres, de los sistemas sociales de los
criterios esgrimidos por los científicos, etc. Peros estas críticas y
valoraciones no son subjetivas ni arbitrarias, sino que tratan de fundamentarse
en argumentos firmes, coherentes y susceptibles de demostraciones racionales o
lógica.
Ciertamente
la filosofía es un tipo de discurso. Los hombres, a los largo de su historia
han creado el lenguaje para comunicarse y expresarse; paralelamente a esto han
ido diferenciándose diversas clases de discursos. De modo que no es lo mismo el
discurso artístico, fraguado a través de símbolos, vivencias y sensaciones que
transmiten placer estético, que el discurso científico, cuya finalidad no es
suscitar emociones, sino transmitir un conocimiento exacto acerca de la
realidad. Pues bien, muy cercano al discurso científico está el discurso
filosófico, encaminado, también, a dar cuenta de la realidad de las cosas.
Dado el carácter crítico de la filosofía, el discurso filosófico comprende un lenguaje eminentemente racional, formado mediante conceptos, enunciados, argumentos y razonamientos.
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